Ahora mismito...

domingo, 12 de octubre de 2008

No voy a decir la palabra

A mi pregunta de por qué los rendimientos del dinero son mayores que los rendimientos del trabajo, me contestaba E que los riesgos que se corren en una empresa son siempre mayores, de ahí que se compense mejor. Un trabajador pone su esfuerzo, y eso es lo que se le paga. Un financiero pone su dinero sobre el tapete, y a ver qué pasa.

Entiendo entonces que  si el tenderete se cae, nadie debe quejarse: esos eran los riesgos. Si resulta que el precio del dinero era bajo y te dedicaste a vender hipotecas a quienes no podían pagarlas, y vendiste esas deudas a otros, que tragaron casi sin preguntar de qué iba todo esto; y la bola siguió engordando, dando beneficios a tutiplén y engrosando riñones; hasta que alguien se preguntó si aquello no era el cuento de la lechera y lo que estaba viendo en el suelo no era leche derramada.

Lo malo,la verdadera pifia en todo esto, lo que me fastidia, es que el tenderete acaba arrastrando todo en su caída, con lo que resulta que todos pagamos el pato. Venga, fondos de garantía, y pobrecitos los muchachos que ganaron dinero a espuertas.

Como también me dijo E, esto no ha hecho más que empezar.

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